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Patricia F. Santana: “Me enloquece el pescado cocido y me quiero reencarnar en Beyoncé”

Patricia F. Santana

Flamante presentadora de Luar. ¿Cómo llega PatriciaF. Santana hasta aquí?
De una forma bastante curiosa porque me presenté a un casting para ser presentadora y en ese momento no resulté elegida, pero a raíz de esta ocasión me surgió otra oportunidad para trabajar en la televisión. Ahí entré en contacto con el mundo televisivo a través de diferentes proyectos. Tiempo después me volví a hacer casting para presentar Luar y bueno, voy por el tercero año. 

Ahora que lo conoces de cerca: puedes confirmar que Gayoso es uno de los Inmortales? 
Sí,  lo confirmo. Es más, diría que conforme pasa el tiempo va hacia atrás, se hace más joven. Yo le pregunté cual era su secreto para mantenerse así: está en forma, tiene una cara estupenda... no sé. Debe ser que le hace bien el aire del mar abierto de A Coruñapero sí, es uno de los Inmortales. 

¿Cómo es trabajar con una figura con semejante trayectoria?
¿Trabajar con él? La primera vez que salí al escenario temblaba “coma un xunco”. Claro, yo crecí viendo a Gayoso (viernes e incluso los domingos repetido) y de pronto, te ves allí, en los minutos previos a que te presenten, dicen tu nombre, sales al escenario y piensas “dios mío, estoy aquí en Luar, que presión, con uno de los mejores comunicadores de la televisión a mi lado”. Temblaba. No recuerdo los primeros minutos para nada. Solo sé que de pronto estaba bailando con la orquesta y un rato después ya había finalizado el programa. Ese día al llegar la casa fue como “buf! ¿Quéha pasado hoy?”. 

Dicho todo esto, trabajar con Gayoso es una maravilla. Te recibe cómo en su casa y te pone las cosas muy fáciles. Desde el minuto uno, tanto él como el equipo del programa te hacen sentir integrada, nunca tienes la sensación de ser “la nueva”. Con él es muy fácil trabajar y ahora ya hay una conexión que nos permite entendernos casi sin hablar. En gran parte esto lo logramos por él, porque es una persona honesta, sencilla y sobre todo un grano profesional. 

También está Rocío, compañera como presentadora, que es una todoterreno y hace el ambiente inmejorable. Bailamos, reímos y lo pasamos muy bien trabajando. 

¿Alguna anécdota? 
Muchísimas cosas... Quizás el primer ataque de risa de estos que me pegan y no puedo parar de reír. Me vino porque Gayoso tropezó en el escenario y yo lo vi muy de cerca y ya no pude contener la risa. Estuve como media hora llorando de la risa. Lo gracioso fue días después, cuando mi abuela me dijo que estaba toda preocupada porque pensaba que me iban a echar de Luar por reírme de Gayoso. “Mira, bien  aquí que te voy a decir una cosa: no te puedes reír así de Gayoso que tevan a echar”, me dijo. Total, que podría contarte mil anécdotas. Es lo hermoso de un programa en directo como el Luar.

¿Siempre tuviste claro que querías hacer tele?
Siempre me ha gustado. La cámara siempre me ha encantado. También aprecié mucho la radio, que descubrí por dentro en la facultad de Periodismo con aquellos formatos locos que nos dejaban hacer y también hice prácticas en la Radio Galega. 

Saqué mucho de aquella etapa pero la tele tiene algo especial, no sé que es, que a mí siempre me tiró un poquito más. Creo que tiene esa magia de saber que estás conectando con muchísima gente, o de estar  rodeada de público cuando trabajas en unplató, de conocer mucha gente y vivir experiencias increíbles cuando haces reportajes de calle. Siempre me ha gustado la tele y ahora que ya probé un poco de todo en esto del periodismo, todavía me gusta más (y que dure).

¿Con qué programa empezaste en la televisión? 
Comencé con Verbenalia persiguiendo orquestas durante el verano -junto con Rodrigo Vázquez y Eva Iglesias-, también trabajé en guión en diferentes proyectos, estuve en el Ti verás y en más programas de verano -orquestas, fiestas tradicionales-.

Has hecho mucho entretenimiento.
Llevada un poco por las oportunidades que fueron surgiendo. También estuve como redactora en el Telexornal y me encanta esa vertiente digamos más seria, pero sí que es cierto que el camino me está llevando por el lado del entretenimiento y lo estoy aprovechando. 

¿Un trabajo del que tengas muy buenos recuerdos o un especial cariño?
Los programas de verano. Me dieron la oportunidad de conocer múltiples fiestas y de hacer algo que me encanta: hablar con la gente. Los festeiros, las pulperías... pude conocer mucha gente diferente y de todas las edades, con las que aprendí un montón de cosas chulas. Además, gracias a trabajar en esos programas pude recorrer toda Galicia, algo que me encantó. Tuve la suerte de poder divertirme trabajando. 

¿Mucha fiesta gastronómica?
Fui a unas cuantas, aunque yo estaba más enfocada aparte de tradición y de fiesta. Recuerdo cuando fui a la romería de la Virgen de AFranqueira.  Alucinei con aquello. Pero el buen comer nunca faltó.

Más allá de la evidente parte negativa: ¿qué aprendizaje has hecho del 2020?
Me he dado cuenta de que necesitábamos parar. Estábamos muy acostumbrados a correr, a no parar…. Y en eso nos perdíamos las pequeñas cosas importantes como estar con tu gente, darte cuenta de que puedes echar en falta un abrazo o un beso, la simple compañía de alguien. 
Sí, hay que trabajar, hay que ganar dinero, pero hay que ir con calma y gozar cada día de lo que nos ofrece y, sobre todo, muy importante: donde no hay problemas no se pueden ir a buscar. 

Además del periodismo, ¿qué otras pasiones tienes?
¡El rural! ¡Amo el rural! Este año he conseguido además una casa en mi Paradiña. Ahora ya la tengo y disfruto de ella. La estoy remodelando, pronto empezaré con la huerta… 

Y por otro lado la música. Voy a clase de pandereta, a canto y a baile tradicional. Me gusta muchísimo. Echamos en falta el poder ir a actuar por ahí de cuando en cuando, pero hay que estar positivas. ¡Pronto volveremos! 

¿Tenemos aquí a una agrotradinstagramer en potencia?
(Risas) Podría ser una buena definición. Es que además me gustan mucho los trabajos del rural: plantar patatas, arreglar la huerta, cortar leña… bueno, esto último no lo hago que no tengo fuerza (risas). Estoy practicando con la motosierra pero soy muy despistada (no se fían de mi). 

¿Qué significa para ti Paradiña?
Es mi vida. Necesito ir, ver la montaña. Es donde he aprendido todo, en gran parte gracias a mis abuelos. Aprendí a valorar la familia, respetar al vecino. Creo que es una suerte que tenemos los que somos de aldea: tienes tu familia y tus vecinos, que son como de la propia. Hoy faltan mis abuelos, pero tengo todo eso que me han legado y hoy estoy feliz de poder seguir aquí y continuar con la saga. Aquí soy muy feliz. 

Y como persona joven e independiente: ¿cómo te apañas con la cocina? 
(Risas) Podemos dicir que medio bien. Tengo suerte ya que mi madre es una gran cocinera y me enseña mucho. En el día a día confieso que soy muy perezosa para ponerme a cocinar. Pero cuando nos juntamos en familia, soy la mejor piche que puede haber en el mundo. Es ahí cuando voy aprendiendo esas recetas de toda la vida y otras más innovadoras. Gracias a eso puedo decir que soy una cocinera de nivel medio-alto. 

Vamos a meter nuestro tema estrella: ¿qué tal nos llevamos con el pescado? 
Mínimo dos días por semana como pescado. Me gusta mucho al horno, pero me vuelve loca el pescado cocido. Es fácil de hacer. El salmón cocido con unas patatillas cocidas, unas verduritas y un chorrito de limón… ¡buf! Como una reina. La gente me mira raro cuando digo esto. 

Últimamente me he aficionado mucho a las brochetas de pescado a la plancha, con verduritas, queso… estoy abriendo el abanico de posibilidades, innovando. 

Últimamente están de moda en las redes sociales los #foodhacks. ¿Algún truco de cocina que quieras compartir?
La base para cualquier receta de pescado es un buen chorro de vino blanco y nunca nunca te olvides de un limón. Palabra de mi madre. 

Vamos con un minitest...

Una lista de  Spotify
Tengo la lista más chapucera del mundo. Tanto puede aparecer el Combo Dominicano como una balada de BrunoMars como una muiñeira. De hecho, la gente  alucina cuando viene conmigo en el coche y me dicen: “Tú llevas en el coche Luar”. 

Una serie con la que estés  flipando
Los  Peaky Blinders. Ya sé que todo el mundo la ha visto ya pero me gusta tanto la estética. Estoy  enganchadísima. 

Un lugar para ir con el móvil apagado
La montaña. Cualquier lugar de montaña ( Paradiña, por ejemplo). Me encanta ir a pasear y olvidarme del móvil. 

Un viaje pendiente
Quiero conocer Irlanda. Me llama mucho y tengo ganas de ir. En el momento en que esta situación mejore, iré. 

Un restaurante al que le tengas gana
Tengo varios pendientes. Hay un restaurante que se llama  Rocamar, en Baiona. Es impresionante porque estás comiendo productos del mar al lado del mar, viendo romper las olas casi al lado de la ventana. Producto de calidad y unas vistas espectaculares. Increíble. 

Alguien a quién admires en tu profesión
A mucha gente pero (sin peloteo) tengo que decir Gayoso. Treinta años de trayectoria y sube al escenario con la misma energía que el primer día. Además cuida muchísimo al público, que es a quién nos debemos. 

Un famoso que te gustaría conocer
Me encanta  Beyoncé, estoy enamorada de esa mujer. Si existe la  reencarnación quiero  reencarnarme en ella.  Beyoncé, si me lees y me quieres invitar a tu siguiente espectáculo, voy de bailarina encantada. 
(estamos seguros de que  Beyoncé stalkea las recetas de  VAIDEPEIXE)

Un placer culpable
OMG! Las  larpeiradas. Comer chocolate es el placer más inmenso y más culpable. Pero mira, tal y como va el mundo que más da. Comed chocolate lo que os dé la gana (risas). 

Pulpo a la parrilla o “á feira”
Á feira. No tengo dudas. La parrilla me encanta. Pero el pulpo “á feira”en la propia feria, mesa corrida, pan en el aceite... lo bien quesienta eso no está pagado. Y se echa mucho de menos esa tradición. ¡Qué vuelva pronto!